Vivencias

Juan Antonio Álvarez Aguilar Fac. de Arquitectura UNACH

La experiencia comienza al tener la inquietud de realizar un verano científico, las diferentes vivencias de compañeros, comentarios y la riqueza en conocimiento que se aporta incitaron a dar el primer paso. Muchos fueron los impedimentos, de ámbito escolar, familiar y hasta personales, generando dudas, expectativas malas o ánimos bajos. Agradezco mucho a los arquitectos que fomentan la cultura científica y apoyan a los jóvenes en participar, Gracias… La travesía comienza, con dudas de no conocer al arquitecto receptor, al no conocer a la ciudad y no tener un apoyo para hospedaje. Es la primera vez,  en compañía de otro compañero llegamos a la ciudad de Puebla, recibiéndonos el amanecer y el hambre, así inicio la búsqueda. Llegamos a la facultad con maletas en mano, buscando, preguntando y desorientados por no tener una ruta segura, persona a persona buscábamos con ansias al arquitecto (a) receptor, cansado por el viaje, recibidos por una lluvia constante encontramos a los arquitectos generando así un sentimiento de alivio y seguridad.   Las primeras indicaciones fueron; “el lunes nos presentamos formalmente, disfruta Puebla.” Con más seguridad y más tranquilidad fui en búsqueda de un hospedaje descansar, ya establecido decidí en conocer el centro histórico, maravillado por su catedral, las obras sacras y los detalles constructivos fueron la primera imagen que me llevaba de Puebla. La comida fue algo esencial en esta estancia, los molotes, los chiles en nogada, las chalupas, el moles, los envueltos, los tacos, y los diferentes chiles preparados en salsa enriquecían la estancia en esta ciudad.    El primer día llego, varios compañeros ya habían socializado, tenían más amistad y se veía un ambiente de compañerismo, las reglas del juego fueron planteadas, designando a cada persona un tema que afrontar. En mi caso no tenía ningún tema y tenía que integrarme a uno pero no fue dificultad. El trabajo comenzó, la gran disponibilidad de los arquitectos dio seguridad a los mismos alumnos, generando así un ambiente agradable entre arquitecto y alumno, todos los delfines venían del norte del país, el intercambio de ideas, experiencias, vivencias y costumbres, fueron enriqueciendo mas la convivencia del grupo, así mismo destacando el liderazgo de los compañero. Los arquitectos se plantearon en trabajar en conjunto en varios proyectos, teniendo la finalidad de generar mayor conocimiento y fomentar el compañerismo o el trabajo en equipo. Se plantearon 3 proyectos: 1.- Viviendas de autoconstrucción de San Andrés Azumiatla. 2.- Análisis de confort térmico en iglesias del siglo XX 3.- Análisis de los edificios universitarios. Por mi parte, fascinado por tener esas tres experiencias proyectando así mas ideas que generaran un conocimiento amplio. Ya recibida las indicaciones se empezó a ordenar tiempo y actividades, iniciando así, con las mediciones de luminosidad, temperatura y sonido en las iglesias, generando resultados muy controvertidos y tomando registros cuantitativos y registros por medio de encuestas a los usuarios. El proyecto Azumiatla ya había comenzado teniendo controversias,  preguntas y dudas, pero el trabajo fue asimilado generando buenas ideas de cómo afrontar este problema social. El tercer proyecto fue dividido, pero a su vez fue propuesto las mediciones de varios aparatos que se encontraban en la casa- estudio, Barragán, fue una experiencia fascinante, el propósito es ver el comportamiento de la luz y de la temperatura en situaciones diferentes del año (me gusto mucho por que realice una serie de fotografías, teniendo un álbum muy amplio de toda la casa). Es muy agradable tener estas experiencias académicas, conocer lugares, amigos y principalmente despertar esa inquietud de investigación. Ahora me llevo un buen sabor de boca agradeciendo principalmente a la amabilidad de los arquitectos, la facilidad de comunicación y ser parte del proyecto que realizan, a los amigos y compañeros por tener experiencias inolvidables y conocer más de cada uno.  Me voy satisfecho y con esa inquietud de tener una maestría o un doctorado y complementar los proyectos o hacer más completo el trabajo. 
La clave del éxito es el trabajo en equipo.

 
Gildardo Antonio Rodelo Sandoval
Instituto Tecnológico Superior de Cajeme

Estas líneas están dedicadas enteramente a las personas por las que mi mente rabia de ganas de regresar a Puebla, es una dedicatoria y un agradecimiento por todo lo compartido, lo aprendido y lo recorrido. Gracias Dios, doctora y nuevos amigos por haber hecho unas vacaciones y un trabajo inolvidable. Llegué a la ciudad con toda la buena intención de hacer algo nuevo y diferente, con muchas ganas de desenvolverme realmente en mi carrera y sentir lo que era estar en un ambiente completamente opuesto al acostumbrado. De entrada, adoré la ciudad, su clima sobretodo y sus calles; edificios y lugares que se veían muy placenteros. Debo decir que el zócalo fue la zona que mas me producía tranquilidad, aunque estuviera atestado de gente, me gustan esos lugares. En cuanto a la escuela, siento que aprendí demasiado. Dra. Valerdi, me enseñó que la responsabilidad es un valor que mientras más lo tengas y lo hagas de la mejor manera, le pongas empeñó, mayor será la satisfacción al poder entregar las cosas como deben ser y se pensaron. Dra. Es todo una institución y está llena de sabiduría y gracias por todo lo que nos compartió y ayudó. Pude apreciar de cerca la historia, la arquitectura y el paso de los años. Tengo ahora una nueva visión de mi carrera y realmente encontré el porqué estudio esto y porqué es una cosa tan completa. Es todo un arte, hacer arquitectura, un arte que bien pensado puede remontarnos a lugares que no pensamos; un amplio campo de reconocimiento que un día nos dejará plasmar en inmortalizar nuestros sueños. Por el lado de la gente que conocí, me llevo lo mejor de cada uno. De todos aprendí algo, tomé lo mejor de ellos y trató de siempre recordaré lo que alguna vez cada uno me compartió sobre su vida, sobre su pensar y sus sueños y las metas que tienen en esta vida. Me dio mucho gusto saber que fuimos un grupo grato y que dejamos muy buena impresión y que funcionamos muy bien casi para todos lados. Y por otro lado, no me quejo, siento que como persona crecí demasiado y maduré. Valoro ahora más, los pequeños detalles y conservo siempre una sonrisa y mejor cara hacia situaciones desesperantes. Calma ante todo.  La verdad, soy de pocas palabras. Pero todo se puede resumir en un enorme gracias y que espero que en algún otro momento de estas vidas podamos volver a compartir experiencias y reír de nuevo.

 
Experiencia de Intercambio Programa Delfín, Puebla, Puebla.
Rafael Arenas Mc Callum.
Para mí el tener la oportunidad de venir a conocer parte del sur de México siempre había sido algo a cumplir. Afortunadamente tuve la oportunidad de ser parte del Proyecto Delfín y elegí ir a Puebla para ayudar en la investigación de la Dra. Cristina, del patrimonio de iglesias del siglo XX. Mi llegada fue muy bien recibida por parte de esta ciudad tan encantadora, viniendo yo de un lugar tan caluroso y desértico a otro con un clima fresco y lluvioso. Fue un cambio radical para bien, he de aceptar que al principio me afecto un poco acostumbrarme a tener que mojarme casi a diario, pero con el tiempo fue hasta cierto punto agradable. Cuando llegue por primera vez a Ciudad Universitaria me sentí muy nervioso y lleno de emociones encontradas, por una parte sabía que aprendería muchas cosas y que por ser otro Estado tan rico en arquitectura colonial me encontraría con cosas muy interesantes. Más tarde así lo fue, y no solo eso, tuve la oportunidad de conocer a muchas estudiantes que como yo venían a realizar su verano en Puebla, no todos venían con la misma investigadora, pero al final siendo 3 investigaciones decidimos complementarnos unos a otros, teniendo así la dicha de poder estar en contacto con la investigación de Vivienda Autosustentable Azumarla y Comparaciones tipológicas de un edificio universitario. Esto pues enriqueció aún más mi estadía en Puebla, el desarrollo del proyecto que realizamos me permitió en primera instancia conocer 3 iglesias representativas de Puebla y poder analizar el confort de ellas, con unos aparatos de medición que no sabía usar y que ahora ya puedo manejar con facilidad gracias al apoyo de mis compañeros de trabajo, así mismo también pude visitar el pueblo de Azumiatla que carece en muchos aspectos urbanísticos y que pues por medio de algunas propuestas hechas por mis compañeros lograr ayudar a mejorar las condiciones de vida de estas personas, fue muy bonito poder estar cara a cara con el personal de una unidad médica establecida dentro del pueblo, porque así pudimos ver de primera mano lo que ocurría y el cómo las personas en una situación precaria no veían por su bien o bien lo ignoraban. Fue bueno, el poder ver un poco las condiciones donde ellos actualmente viven, sus casas y el diseño de las mismas, así como la contaminación pluvial y la tala que llevo a la casi desaparición de los arboles circundantes. Así mismo pues trabajar con más de 14 personas como yo, cada uno proveniente de estados tan distantes y diferentes que crearon un círculo de amigos bastante gratificante. Así que fue más sencillo poder conocer un poco más sus proveniencias y también viajar juntos por diferentes lugares muy hermosos y con una arquitectura ejemplar. Tuve la oportunidad de conocer varios puntos arqueológicos como son Tajín, Cacaxtla, Palenque y Monte Albán, así que ya se imaginaran que pude conocer el estado de Veracruz, Oaxaca, Chiapas, Tlaxcala y claro Puebla.  Fue una experiencia inolvidable, que me dejo una nueva perspectiva mucho más amplia y completa de lo que es México y que no necesitamos buscar más haya de aquí para encontrar lo que queremos. Dicen, que uno tiene que también conocer, estando en un Estado céntrico de la Republica, tenía al alcance muchos lugares hermosos y ricos en arquitectura, siendo yo un arquitecto con ansias de conocer más y enriquecer mí acervo cultural. Fue muy extraño en parte, porque no había tenido la oportunidad de ver a profundidad arquitectura de la colonia y arquitectura prehispánica, ya que en mi lugar de origen pues no la hay. Se podría decir que este viaje me enseño a valorar mucho más las oportunidades que se te ofrecen en la vida, que hay que tomarlas por los cuernos y dejar de lado los miedos. Para mi Puebla, fue más que una ciudad, me enamore de su Arquitectura, de sus paisajes y sus cielos matutinos, de sus lluvias improvisadas y de lo que le rodea. Para mí fue una experiencia única y me siento lleno de experiencias y de amistades encontradas que espero y perduren atravesó de los años. ¡HAY QUE CHULA ES PUEBLA PUES! Dicen que los aventureros se llevan consigo una parte de los estados que visitan, así mismo también me llevo no solo eso, sino una parte de cada uno de mis compañeros de verano.

 

MÓNICA ISABEL OROZCO GÓMEZ 
LIC. ARQUITECTURA UNIVERSIDAD DE GUADALAJARA PUEBLA, 11/AGOSTO/2011 VIVENCIAS:

Para iniciar he de decir que en el momento que decidí venir a este verano tenía una muy ligera idea de lo que se trataría y de lo que haría; mas sin embargo tenía la disposición de venir a vivir una experiencia enriquecedora en el ámbito educativo y profesional al lado de la investigadora Dra. Julia Mundo.  Mas nunca imagine que en este verano encontraría aprendizajes tan variados e interesantes debido al trabajo en conjunto que hicimos con todo el cuerpo académico y los doctores, Cristina Valerdi y Jorge Sosa.  Pero sobre todo nunca imagine que me encontraría con un grupo tan extenso,  pluricultural y tan lleno de personas dispuestas a compartir sus conocimientos, y su amistad; para ser sincera en mis compañeros encontré grandes amigos, les tome mucho cariño y junto con ellos vivimos muchas experiencias inolvidables entre ellas, claro el trabajo en equipo en el cubículo todos apoyándonos, fortaleciendo las debilidades de los otros y compartiendo desde unas simples papas sabritas hasta los conocimientos sobre programas.  Junto con ellos conocí puebla y sus alrededores, lugares hermosos llenos de magia que en su compañía se llenaban de alegrías, bromas, risas y por qué no camaraderías que poco a poco fuimos creando, conforme crecía nuestra confianza y amistad. Anduvimos juntos en diversos lugares desde una deliciosa comida hasta una consulta en los similares por problemas con la misma.  Considero que fuimos un grupo muy completo y sobre todo muy confiable. Recuerdo tantos momentos con ellos como la ida a la Ex Hacienda de Chautla la cual surgió un día estando en la capu sin saber que hacer preguntamos por un castillo al centro de un lago y 5 min después estábamos apresurando a Gil hacia el camión sin saber a dónde íbamos ni que encontraríamos. Nos maravillamos con la hermosura del lugar, la vegetación y los paisajes naturales.  Asi mismo paso el día que terminamos en el parque ecológico después de ir a comer pizza, Gerardo quiso ir a un disque parque ecológico y  comenzamos a caminar y caminar hasta que llegamos y estando allí entramos al aviario a pesar de que le tengo mucho miedo a las aves, pero logré salir con vida de allí eso sin contar el ataque que sufrió Natalia por parte de un pelicano mal humorado jajajajajajaja. De allí se nos ocurrió subirnos a unos carritos de bicicleta y nos paseamos unos a otros, luego nos topamos con un lago y unas lanchitas en donde Gerardo tuvo que vencer su miedo y acompañarnos a dar un paseo por el lago verde de dudosa profundidad, pero al final le encanto y termino diciendo que “que Venecia ni que ocho cuartos” la verdad ese día termine cansadísima pero tenía el corazón y la mente llenos de buenos momentos. Otras de las cosas que hicimos juntos y que disfrute ampliamente fueron los martes de museo, cada martes recorríamos museos y museos, uno tras otro pero en cada uno encontrabas obras, exposiciones, detalles en la construcción o algo que te obligaba a sacar la cámara y tomar cientos de fotografías. Tal fue el caso de los fuertes de Guadalupe y Loreto, el museo del ferrocarril, casa del Deán, Centro Cultural de la BUAP, Casa de la cultura, Biblioteca Palafoxiana entre muchos otros; todos lugares con gran historia, y de una belleza tanto en construcción, en exposiciones, como en paisajes. Aparte de los martes de museo tuvimos otro día de rutina: los domingos de trabajo, santificación, y mediciones; los domingos en los que estuvimos haciendo las mediciones fueron muy divertidos y llenos de anécdotas, desde el hecho de haber ido a tomar mediciones en una boda a la que no nos invitaron y andar encuestando mientras la gente aventaba arroz, así como la misa en Huexotitla en donde todos salimos admirados por que eran tan animados los cantos durante la misa que casi nos poníamos a bailar, y claro la misa en Las Animas donde las personas nos trataban mal y nos veian feo. Pero en fin el trabajo se concluyó con satisfacción y buenos resultados y claro con mil recuerdos. Y claro no pueden faltar una de las cosas que mas aprendí en este verano, el florecimiento del lenguaje, debido a que mis compañeros de diversas regiones y estados utilizaban palabras que yo  no entendía y menos conocía; pero que a la fecha ya empleo con naturalidad y adecuadamente jajajajajaja, debido a esta peculiaridad del grupo cada vez que llegábamos a un lugar todos nos decían: “ustedes no son de acá verdad” y allí nos soltábamos contando que no, que veníamos de diversos estados y nos presentábamos y claro está ahora cada vez que llegamos a comer a cualquiera de los lugares que frecuentábamos la gente nos saluda muy amablemente y hasta descuento de clientes frecuentes hemos conseguido en algunos establecimientos jijijijiji.  Los proyectos fueron muy edificantes los trabajos que realizamos a mi parecer muy importantes, el hecho de manejar los aparatos o en mi caso de poder procesar datos de una estación meteorológica fue muy interesante ver como se iba sintetizando la información y como arrojaba datos que se podían aplicar al diseño que realizaban mis compañeros; me hizo darme cuenta de la importancia de los agentes externos dentro de una propuesta arquitectónica y que esos agentes o esos datos vienen de un análisis  y un acumulado de datos exhaustivo. En el caso del proyecto de los edificios religiosos pude ver como un género tan antiguo ha ido cambiando, en su diseño y en sus dependencias, así como  el poder ver que tan buena ha sido esta evolución en el diseño para los fines del confort del usuario. Esto me llevó a tomar conciencia de la importancia de tomar en cuenta las actividades que se desarrollaran, así como la incidencia de los agentes físicos naturales dentro de un espacio todo para lograr un buen diseño. Y claro una de las mejore vivencias de este viaje fue el trabajo de medición que hicimos en la casa estudio  de LUIS BARRAGAN. El poder conocerla fue muy interesante pero el poder analizar como con su manejo de  la luz en los diversos espacios no solo manejaba sensaciones y estados de ánimo sino también microclimas. En fin el verano estuvo lleno de cosas nuevas de aprendizajes, en lo profesional, en lo cultural, y en lo sentimental.

 
Experiencia  y descripción de imágenes mentales durante  el Verano de Investigación 2011.
Manuel Bermúdez Álvarez   Estudiante de la facultad de Arquitectura de la UNACH.

 Los presentes hechos han sido de alguna manera increíbles, increíbles en el sentido de que hace algunos meses, quizá en la cena de navidad no me pasaba ni mínimamente por la cabeza que yo sería testigo y partícipe de una comunidad y hermandad tan sólida y grata como lo ha sido en este verano. Durante mi vida en algún momento pensé en cosas de este tipo, es decir poder tener autonomía total de decidir qué hacer, como hacerlo, cuando y donde, pero ni siquiera en la vida universitaria había sido tan responsable de mí como ahora. Fue ahora en el verano que vi por mí mismo y las realidades del mundo de las cuales no podemos discernir como lo son vivir ajustado a un límite de tiempo y dinero. Coincidencia o destino. Coincidencia o destino son términos de los que hemos debatido con mis compañeros de estancia, al hacer una reflexión del cómo se dieron las circunstancias para que nosotros pudiéramos acceder  a esta oportunidad.           Mi experiencia en lo personal ha sido curiosa pues la persona menos indicada en mi facultad me hizo saber acerca del programa, fue en una ocasión después de clase que un profesor de una manera mágica, como si hubiese sido un soplo divino me dijo que si nunca había intentado buscar una beca o participar en un verano científico, sinceramente no le hice mucho caso pues pensé que este tipo de cosas no suceden con tanta simpleza, aún así tratando de quedar bien con el metí los papeles y claro de alguna manera yo empezaba a creer en la posibilidad de que se diera, es decir yo alimentaba la ilusión. Así pues hice los trámites en la universidad y únicamente me quedaba esperar la respuesta, era un mes de espera el que me aguardaba. El tiempo pasó y tras no escuchar respuesta me dirigí a la dirección de investigación a peguntar lo que había sucedido, llegué al lugar y después de dar mis datos a la licenciada y checar mi situación, ella sin más preámbulos me dijo que no estaba seleccionado, pues dentro de los becarios yo había quedado por pocos puntos de evaluación fuera del programa. Fue entonces cuando mis planes empezaron a cambiar, desmentí a la gente que le había dicho que estaría más de un mes en puebla y fue momento de  pensar en actividades recreativas para el verano. Pasaron varios días después del suceso de cambio de planes, yo me encontraba trabajando en un despacho como dibujante y ya buscaba llegara fin de mes para ir a casa a descansar, trabajaba en un lugar donde raramente entraba la señal del teléfono celular, mis días pasaban imaginando todo lo que haría en el verano, quizá leer buenos libros, pintar un poco o viajar a palenque, allá en mi estado de Chiapas, cuando en un momento totalmente inesperado sonó mi celular, me pareció muy extraño pues ahí casi nunca entra la señal, dado que es una comunidad rural. Entonces contesté y al inicio no tenía ni idea de quién era, incluso creí que estaba equivocado, cuando de pronto mencionó mi nombre, me dijo la razón por la que llamaba y si estaba dispuesto a tomar el programa, pero que le dijera si o no en el momento, ese día ya era 27 de junio, el programa había empezado pero acababan de autorizar las becas, yo muy nervioso le respondí que era precipitado y que llegaba a la oficina en unas dos horas para definirle, así que después de hacer algunas consideraciones me decidí y llegando a la oficina le dije que ya estaba listo. Pasaron un par de días y sin darme cuenta ya me encontraba camino a esta mágica aventura. Un buen recibimiento.  Me encontraba ya en la facultad de la BUAP esperando integrarme a la reunión de ese día, el tiempo pasó y llegué al salón, ahí se dio el primer contacto con mis compañeros y los doctores, fue como si se hiciera realidad lo que imaginé en una ocasión; gente de muchos lugares, personas de mucha experiencia al frente de nosotros, yo muy feliz, difícilmente puedo describir la magia y buena vibra que sentí desde ese momento. Así pues pusimos las cartas sobre la mesa, empezamos a calendarizar, mientras tanto yo tenía mucha curiosidad de saber cómo era la convivencia, pues me encontraba con un grupo bastante organizado y unido a pesar de tener unos días de conocerse. Los días pasaron y los planes se fueron dando, no tenía ni idea de sus límites pues el grupo tuvo mucha iniciativa y se empezaron a tratar ideas de turistear por  los rincones de Puebla, o incluso viajar a otros estados, eran muchas cosas de las que ni por un momento rondaron mi cabeza antes de que este verano empezara. Entonces el tiempo siguió su curso y trabajamos, viajamos, comimos, dormimos juntos y el vínculo se hizo más fuerte.  Herencia de conocimiento. Considero a este verano muy completo desde el sentido del aprendizaje pues los temas fueron muy interesantes, en lo personal no había tratado con ninguno de ellos, así que todo fue nuevo, fue maravilloso ir a la iglesia con una obligación más que escuchar al padre y hacer la reflexión, en ese momento me preocupaba saber cuáles eran las sensaciones que percibimos y lo que la gente opinaba al respecto. Por otro lado, darle atención a una comunidad como lo es azumiatla y pensar en un tipo de vivienda de bajo costo y sustentable me ha abierto la iniciativa en trabajar y crear arquitectura para los que menos tienen lo cual  considero que es la mejor herencia que el proyecto me ha dejado, además de trabajar con gente muy profesional por parte de los doctores y muy amigable y cálida como lo han sido mis compañeros de trabajo. Estoy muy agradecido a dios y a la vida por eso que me ha dado. Hora de la retirada. Escribo estas líneas con lágrimas en los ojos y con un suspiro desde el corazón, pues no sé si algún día o alguna experiencia podrá superar lo que en esta estancia viví, me siento feliz con ganas de hacer muchas cosas, con ganas de incrementar mi conocimiento, crear soluciones a los problemas que enfrenta nuestra sociedad actual en todos los sentidos y me siento con una iniciativa muy grande de dar amor, mucho amor a los seres que siempre me acompañan. Pero todo esto es inspirado en la gente que he conocido en esta experiencia. Nuevamente agradezco mucho a dios y a la vida por permitirme esto, me esforzaré en hacer cosas de provecho que compensen la dicha que me ha sido concedida, en agradecimiento. Debo recalcar que no es una despedida definitiva, pues si bien es cierto será difícil volver a reunirnos y vivir algo similar pero no lo veo imposible. Agradezco especialmente a la Dra. María Cristina Valerdi Nochebuena por todo el apoyo, pues desde el momento en que envié la solicitud y fui aceptado  sentí que me extendió la mano, ella ha sido gran cómplice del destino para que esto se haya dado. Difícilmente puedo escribir en tan pocas cuartillas lo afortunado y agradecido que me siento, pero espero este pequeño relato pueda ayudar.  
GRACIAS.


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